Estimad@ viajer@
Desde Paso Noroeste y con la intención de seguir disfrutando del apasionante mundo de los viajes, queremos comenzar una nueva andadura con la firme intención de despertar (o avivar en muchos casos) nuestra pasión viajera y descubrir de la mano algunos rincones perdidos del planeta, aprender juntos sobre las nuevas culturas que nos aguardan en cada destino y reírnos de esas anécdotas que nos pasan durante los viajes…. Este blog nace con este fin: crear un espacio informal donde poder compartir juntos la afición que nos une y establecer un punto de encuentro de ilusiones, opiniones y puestas en común.
Nace con mucha ilusión, y con la firme intención (eso siempre es importante, ¿no?) de darle vida una vez por semana; trataremos poco a poco de ir saciando nuestro hambre por viajar e ir conociendo todos los enclaves que esconde este mundo… ¡que son muchos! Porque… con tantos destinos que hay en el mundo… ¿Alguna vez te has preguntado los motivos que te llevan a elegir un destino en concreto? Hoy en día, tenemos prácticamente todo el mundo al alcance de nuestra mochila, y salvo algunos puntos concretos del globo donde conflictos bélicos o catástrofes naturales nos invitan a posponer esa expedición soñada, el resto del mundo nos susurra cantos de sirena al oído reclamándonos un lugar de honor en nuestro pasaporte. Del abanico multicultural que se abre ante nosotros, ¿alguna vez te has preguntado qué hace que al girar el mapamundi sobre su eje, lo clavemos con el dedo índice en un punto concreto? Quizá el origen de esa idea que poco a poco empieza a formarse en nuestras entrañas surge de esa cervecita que te tomaste con tu amigo mientras te narraba las peripecias de sus últimas vacaciones y puede que debido al alcohol o a sus fanfarronadas, te despides con el gusanillo ya metido en el cuerpo. O tal vez la semilla nace al contemplar ese programa en la televisión, donde un exiliado nos relata lo afortunado que ha sido al escapar de este agujero y comprarse una casa de 300 metros cuadrados en un paraje remoto donde nadie trabaja y se vive como un pachá, y al llegar la tediosa publicidad, eres consciente que una idea ha comenzado a rondarte la cabeza.
Pero personalmente reconozco que lo que más me encandila a la hora de elegir un destino, es cuando haciendo tiempo antes de acudir a una cita, me meto en una librería para ojear los libros de la sección de viajes y eligiendo uno al azar, comienzo a pasar las páginas observando distraídamente sus fotos, hasta que mis ojos dejan de vagar para clavarse en esa fotografía donde contemplo una playa paradisíaca de arena blanca y aguas de un saturado azul turquesa, un atardecer con tantas tonalidades de rojos que nunca creía que existieran o unos ojos negros, profundos, brillantes e hipnotizadores mirando fijamente al objetivo de la cámara. Súbitamente comienzo a sentir la fina arena bajo mis pies y escucho las olas romper sobre la playa, me acomodo sobre un promontorio y disfruto esa lenta agonía del sol escondiéndose tras el horizonte o percibo el barullo del mercado mientras husmeo un fuerte olor a sudor y especias. Es en ese preciso segundo, cuando un demonio de larga cola y afilado tridente se ríe en mi oído, y comienza una agónica cuenta atrás que no acaba hasta que me subo a la escalerilla del avión, pero que me permite evadirme de mi quehacer cotidiano y disfrutar desde ese preciso instante con los preparativos habituales al viaje, tachando los días que faltan en el calendario antes de partir a una nueva aventura.
Y que serían los viajes sin poder disfrutarlos antes de comenzarlos….. ¿no es así?
Sobre todo una semana antes de salir de viaje, ese gusano que te baila en el estómago que no te deja ni dormir! Esa semana es a la vez horrible y fantástica!!
Suerte con el blog!!
Bss