Viajar a Santo Tomé y Príncipe

Santo Tomé recuerda a un plató de cine, de esos en los que te puedes encontrar un simio gigantesco tocando el tambor en su pecho, una partida de triceratops pastando tranquilamente o una tribu de aborígenes que te quiere meter en un caldero. El espectáculo de una tierra cubierta en un 90% de selva da vía libre a la imaginación más salvaje. En este artículo te contamos lo que debes saber si estás pensando en viajar a Santo Tomé y Príncipe, un viaje de aventura que puedes hacer con Paso Noroeste. 

El sentido del aventurero se afila entre palmeras, baobabs y demás árboles inmensos que forman parte de una espesa, florida y extraña superficie boscosa, un punto extremadamente verde sobre el océano azul cerca del Golfo de Guinea.

Santo Tomé y Príncipe es un país africano conformado por varias islas al noroeste de la costa de Gabón, muy cerca de la línea ecuatorial, prácticamente en la ZEE (Zona Económicam Exclusiva) de Guinea Ecuatorial. Sus dos islas más importantes son las que le dan el nombre a este micro – estado.

Sus maravillas no figuran, no se sabe por qué, entre las mejores del mundo, siendo esto uno más de sus incógnitas. No obstante, la isla por completo rezuma misterio en cada uno de sus rincones. Ofrece picos volcánicos de impacto, calas que solo se imaginan en sueños, delgadas líneas de playa que hacen de separación entre la selva y el mar, tan gloriosas como las Seychelles, pero, de nuevo, misteriosamente, sin la masificación turística que un lugar como este podría suponer.

Sin embargo, más cosas que nos dejarán sin aliento en este rincón paradisiaco del mundo. Veámoslas.

Principe

Enigmáticas rutas de interior

En el interior de la isla entre la bruma y los cambios de luz que se van produciendo a lo largo del día, el turista puede llegar a tener la impresión de no estar en el mundo real, sino en una simulación. Un lugar manejado al capricho de un diseñador loco. Para vivir intensamente esta experiencia es posible elegir entre una de las seis rutas para excursionistas que recientemente abrió el gobierno.

En cualquiera de las rutas elegidas habrá que seguir el lema de las gentes de Santo Tomé y Príncipe, a quienes nunca les falta una sonrisa, leve, leve, que quiere decir, despacio, despacio. Y es que esta es la realidad que envolverá a todo aquel que se interne en los senderos de ambas islas, la tranquilidad.

Algunas de estas rutas descansan en playas aisladas, otras en las faldas de volcanes, otras en ruinas, restos de los primeros asentamientos de marineros portugueses en el siglo XV. En algunos lugares con huella humana, la selva sigue su proceso natural de deglutir todo lo que se interponga en su camino. Ofreciendo, una vez más, un aspecto inquietante, misterioso e increíblemente bello al paisaje.

Lo que no hay que perderse

Será Santo Tomé la que ocupe más tiempo en la visita porque ofrece más variedad de posibilidades. Aunque si lo que quieres es convertirte en un Robinson Crusoe moderno, entonces coge un barco y piérdete en Príncipe, una isla que, aunque más pequeña, es casi completamente salvaje.

Santo Tomé, la capital

Su capital, no es precisamente, un lugar de monumentos o moderno, lo más destacable es que está considerada la ciudad más pequeña del mundo, con apenas 1000 habitantes, pero es territorio de paso de los nacionales que vienen aquí a llevar a cabo sus transacciones, por lo que es lo más animado que te vas a encontrar. El mercado municipal y sus alrededores es el lugar de encuentro y confluencia de las dos grandes avenidas (Conceizao y da Independencia), lleno de color y todo lo necesario para provisionarse antes de partir a una de las islas.

Degustar el cacao

Santo Tomé es el país del cacao, por lo que, indiscutiblemente, habrá que probar este producto en una de las dos chocolateras de la isla; la de Claudio Corallo o la de Diogo Vaz. Ambas ofrecen chocolates deliciosos, aunque en la segunda también te puedes tomar algo en sus instalaciones y contratar una visita guiada por sus plantaciones.

São Tomé and Principé, Rolas Island.

Las playas de Santo Tomé

Paradisiacas, pesqueras, aisladas, vírgenes, salvajes… de todo hay en esta isla. Las mejores están situadas en el sur, siendo imprescindibles la Praia Piscina, la Praia das Sete Ondas, en la cala la Boca del Infierno, dos bellezas solo imaginables hasta que llegas allí y compruebas que existen.

Para aquellos que disfrutan del buceo y del snorkel, se recomiendan las playas de Lagoa Azul, donde además vas a estar rodeado por enormes y numerosos Bobabs (el árbol que Dios plantó alrevés). Pero, también, Ilheu das Cabras, la Praia Pequeña y la Praia das Conchas. Una playa interesante de visitar por estar exactamente en la línea del ecuador es la pequeña isla de Ilha de Rolas, a la que se accede cogiendo un barco en el encantador pueblo pesquero de Porto Allegre.

Cascada de São Nicolau

Es cierto que la isla está llena de cascadas y diferentes saltos de agua perdidos por la selva, muchos de ellos ideales para un baño; São Nicolau, es un buen ejemplo. Para alcanzar esta hermosa caída de agua hay que coger una pista de tierra, que permanece embarrada todo el año. Pero, al llegar, verás que sus 30 metros de caída merecen la pena. Conforman la que para muchos es “la mejor ducha al aire libre” del país. Además, su acceso es sencillo y seguro gracias a unos cómodos escalones.

Cascada de Praia Pesqueira

A 10 km al sur de São João dos Angolares, la carretera se desvía hacia una aldea con casas de madera en el área de Ribeira Peixe. Praia Pesqueira es un lugar donde se localiza una original cascada de paredes de basalto. La belleza del lugar y sus habitantes, totalmente metidos en su segura y natural monotonía, hacen que el turista observador sienta el latir de la vida en su justa medida. Un rincón realmente mágico que conserva siglos de relación equilibrada entre hombre y naturaleza. Simplemente maravilloso.

Otros lugares de interés en Santo Tomé y Príncipe

En Monte Café y alrededores hay un interesante museo del café, la cascada de Sao Nicolau es un excelente espacio natural para hacer trekking y adentrarse en el Parque Natural Ôbo. En la ruta del este, al bajar por la carretera desde la capital, se localizan lugares como la mencionada Boca do Inferno, la playa Micondó o miradores desde donde fotografiar el Cao Grande.

También es imprescindible visitar las Roça, es decir, los antiguos latifundios de café o cacao, como, por ejemplo, Roça Agua Izé, Roça Agostinho Neto o Roça Sao Joao dos Angolares. Si te gustan estos espacios, en Príncipe se pueden visitar Roça Sundy, Roça Belo Monte o Roça Paciencia.

No te vayas si disfrutar de playas increíbles, salvajes y completamente vírgenes de Príncipe, como Praia Banana o Praia Boi, desérticas, con agua turquesa y un mar de cocoteros. En esta isla también merece subir a sus principales miradores, como Oqué Daniel o Terreiro Velho.

Su fauna, una razón más para visitar Santo Tomé y Príncipe

Rica y variada, la fauna de estas islas forma parte del paisaje, por lo que pronto te acostumbras a los escandalosos loros Yacos, a las silenciosas serpientes arbóreas, o a las miradas ciegas de los murciélagos de la fruta sobre tu cabeza.

También hay una gran cantidad de pájaros, entre los que destacan los pájaros tejedores que construyen sus nidos junto a la carretera y los minúsculos martines pescadores de picos larguísimos que se balancean sobre las raíces. Tierra adentro puedes pisar, si no andas con cuidado, la cobra Jita, especie que solo se encuentra en esta isla, y que en la actualidad está considerada como doméstica.

Es normal que estas islas cuenten con un nutrido grupo de especies endémicas, puesto que estuvo unida durante un tiempo al continente africano, lo que nos hace volver al misterio que por unas razones o por otras sigue dominando la esencia de esta isla. Y es que la propia ciencia desconoce cómo sus ocho especies de ranas (intolerantes al agua salada) se asentaron en la isla.

El turista no dejará de sorprenderse con su fauna marina, aquí puede cruzarse por abajo con las inmensas ballenas jorobadas y por arriba con los peculiares peces voladores que planean sobre las olas. Más profundamente, se localizan especies tan exóticas como el marlín aguja azul, que puede alcanzar los 750 kg de peso, o el hermoso pez vela del Atlántico, con sus características aletas e incluso algún tiburón martillo o un pacífico tiburón ballena.

También te puedes cruzar con cuatro especies de tortugas marinas en sus playas (laúd, verde, carey y golfina) y la boba, pero solo en el mar, ya que estas no pisan la tierra.

Por último, merece la pena observar un fenómeno natural único, habitualmente suele darse en Praia Grande. Se trata del momento en el que miles de cangrejos terrestres, algunos de ellos del tamaño de un frisbee, cruzan la carretera y las playas para llegar al mar, echándose hacia atrás, amenazantes, blandiendo sus enormes pinzas cuando ven a algún humano.

En esta misma playa es posible tener la inmensa suerte de ver a una tortuga verde cavar un agujero y poner hasta 120 huevos, para después enterrarlos y regresar al mar.

Una geología peculiar

Para terminar, hay que hablar del punto más elevado de toda la isla, un tapón volcánico que es visible desde cualquier lugar que te encuentres. Se trata de la solidificación del magma dentro del filón de un volcán. Es un pico estrecho y muy alto, que emerge de forma extraña de la tierra. Se trata de uno de los elementos más fotografiados de Santo Tomé y Príncipe. Este pitón volcánico recibe el nombre de Cao Grande, ya que tiene 500 metros de empinada roca.

También son curiosos y merecen una visita el hermano menor Cao pequeño y el Picco María Fernandes, otros dos tapones volcánicos, pero más gruesos y bajos que el llamativo Cao Grande.

Boca do infierno, por su parte, también de origen volcánico, tiene un suelo parecido a la popular calzada de los gigantes de Irlanda. Una serie de columnas basálticas de forma hexagonal que la lava ha creado al enfriarse rápidamente con el agua del mar. Esta especie de catedral de basalto se ha formado creando un corredor rocoso por el que se introduce el agua, transformando al oleaje en una auténtica fiesta de espuma explotando constantemente.

Viajar a Santo Tomé y Príncipe es descubrir un rincón maravilloso del mundo que se mantiene en un estado excepcional de conservación. Un lugar que merece la pena descubrir, sobre todo si es con nosotros. Visita nuestra web, Pasonoroeste.com y apúntate al próximo viaje que hagamos a estas fabulosas islas.

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