Hay viajes que se disfrutan y otros que se sienten. Rumanía es de los segundos. Si te preguntas qué ver en Rumanía, comienza por saber que se trata de un destino que te atrapa sin pedir permiso, que te envuelve en paisajes de otro tiempo y te deja con la sensación de estar viviendo dentro de una leyenda. Si alguna vez has soñado con castillos envueltos en niebla, pueblos detenidos en la Edad Media y caminos que se pierden entre montañas y supersticiones, esta ruta por Rumanía es para ti. La aventura, aquí, viene de la mano del misterio y de las leyendas.
En Paso Noroeste nos mueve algo más que el turismo: buscamos la aventura real, la conexión con los lugares y las personas, y ese cosquilleo en el estómago cuando descubres algo que no sale en las guías. Por eso te proponemos viajar a Rumanía en grupo, con mochila, ganas de pasarlo bien y cero poses. Las salidas programadas con Paso Noroeste son para el 15 de mayo, con vuelta el 25 del mismo mes, y para el 3 de agosto para volver el 23 de agosto (nada menos que 21 días).
Transilvania: mucho más que vampiros
Cuando pensamos en qué ver en Rumanía, Transilvania se asoma como una sombra intrigante. Y sí, hay castillos, hay neblina, y están los dominios de Drácula (mejor dicho, Vlad Tepes, el personaje histórico que lo inspiró). Pero esta región va mucho más allá del mito. Es el corazón palpitante del país, con fortalezas colgadas de colinas, pueblos de cuento y una atmósfera que parece sacada de una novela gótica.
Visitamos el castillo de Bran, por supuesto, pero también el castillo de Poenari, al que se llega tras subir nada menos que 1.480 escalones. ¿La recompensa? Una vista increíble… y la sensación de estar en el epicentro de una historia de vampiros. Este no es un viaje para hacerse selfies; es un viaje para vivirlo de verdad.
Los Cárpatos: curvas, bosque y adrenalina
Si algo no puede faltar al viajar a Rumanía es cruzar los Cárpatos. Esta cordillera es un espectáculo natural en sí misma, y nosotros la recorremos por una de las carreteras más increíbles del mundo: la Transfăgărășan. Curvas imposibles, valles profundos, cascadas y, si tenemos suerte, algún que otro oso observando desde la distancia.
En esta ruta por el corazón del Este de Rumania, no solo nos quedamos con la boca abierta por el paisaje; también nos sentimos pequeños, en el mejor sentido. Dormimos en plena naturaleza, cocinamos entre todos y compartimos historias frente al fuego. Porque lo que pasa en las montañas no se olvida fácil.
Sighișoara: un pueblo detenido en el tiempo
Uno de los lugares que más enamoran en esta ruta por Rumanía es Sighișoara. Un pueblo de calles empedradas, casas de colores y torres medievales donde el tiempo parece haberse rendido. Aquí nació Vlad Tepes, pero lo que más atrapa es la calma que se respira al pasear por sus rincones, la sensación de estar dentro de una maqueta viva.
Subimos a la Torre del Reloj, exploramos la Escalera Cubierta, y nos perdemos entre lápidas antiguas. Pero, sobre todo, nos dejamos llevar. Es un sitio para caminar sin prisa, mirar hacia arriba y hablar bajito, como si todo lo que te rodea mereciera respeto.
Maramureș: donde la tradición sigue latiendo
Rumanía también es campo, autenticidad y raíces. Y eso lo entendemos en cuanto llegamos a Maramureș, una región del norte donde todo sigue como hace cien años. Aquí los carros de madera comparten camino con coches, la gente se saluda al pasar y las iglesias de madera siguen marcando el ritmo de la vida.
Uno de los sitios más curiosos que visitamos es el Cementerio Alegre de Săpânța. Lejos del drama, aquí la muerte se celebra con lápidas de colores que cuentan la vida de los difuntos con humor y ternura. Es uno de esos lugares que te remueven por dentro y te hacen mirar la vida con otros ojos.
Bucovina: arte, espiritualidad y silencio
Otro momento inolvidable para dar respuesta a qué ver en Rumanía es Bucovina, donde los monasterios ortodoxos pintados por fuera son verdaderas joyas del arte sacro. Frescos que han sobrevivido siglos de nieve y viento decoran los muros de templos, como el de Voroneț, conocido por su azul profundo y su riqueza simbólica.
Es una parte del viaje más contemplativa, ideal para conectar con el entorno, con el grupo y contigo mismo. Aquí todo invita a bajar el ritmo, a escuchar el silencio y a dejar que el paisaje te hable sin decir palabra.
Una aventura de verdad, en buena compañía
Lo que hace especial este viaje no es solo lo que vemos, sino cómo lo vivimos. En Paso Noroeste no hay itinerarios rígidos ni prisas por tachar lugares de una lista. Hay improvisación, ganas de pasarlo bien y muchas risas. Nos movemos en furgonetas, dormimos en sitios con encanto y cocinamos en equipo. Todo se vive mejor cuando se comparte, y eso es lo que hace que cada viaje en grupo acabe siendo una pequeña familia.
Visitar Rumanía con nosotros es entrar en contacto con un país lleno de contrastes, de leyendas y de paisajes que se quedan en la retina y en el alma. Si buscas una forma de viajar diferente: un viaje que se aleje del turismo enlatado, que te lleve por caminos poco transitados y te devuelva con mil historias que contar. Este viaje de aventura por Rumanía es el tuyo.
¿Te animas a descubrir qué ver en Rumanía con Paso Noroeste ?
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