Posiblemente no haya excusa válida para no ir a las Maldivas, ya sean por sus aguas, consideradas de las más espléndidas del planeta, por ser uno de los pocos destinos donde todavía te puedes sentir un auténtico Robinson Crusoe o para conocer uno de los lugares más románticos de la tierra, según muchos de los turistas que han visitado estas islas.
La República de Maldivas se ubica en el pleno océano Índico, a 450 km de La India y al sudoeste de Sri Lanka. Está organizada en 26 atolones en un total de 1200 islas, 203 de ellas habitadas, su entorno paradisiaco hace pensar en ella como un lugar idílico de sol y playa. Pero este artículo no va a analizar las bondades, bellezas y características de este país, sino de su habitante más selecto, el tiburón ballena. Si quieres vivir la experiencia de verlo en primera persona, en Paso Noroeste te damos la oportunidad de hacerlo con nuestros viajes a las Maldivas, una oportunidad única de conocer este paraíso.
Qué es un tiburón ballena
Con sus, aproximadamente, 12 metros de longitud se le considera como el pez más grande del mundo, según la Organización Internacional de Conservación Marina. El Rhincodon typus tiene su hábitat natural en los océanos y mares que se localizan cerca de los trópicos, suelen nadar en las profundidades del mar, aunque no es extraño verlos en aguas más frías ni tampoco cerca de la costa.
Tiene un cuerpo largo y angosto, una cabeza ancha y plana que termina en una enorme boca sin dientes. Sus ojos, ubicados en los extremos laterales de su cabeza son muy pequeños. El color de su piel es gris con rayas y puntos blancos, una pigmentación que le ha otorgado el sobrenombre de pez damero o pez dominó.
Se estima que este pez habita la tierra desde hace 60 millones de años, es decir, es un auténtico fósil viviente, un dinosaurio que no se rinde y que tenemos la suerte de poder ver con bastante facilidad si visitamos las islas Maldivas.
No es un animal en absoluto peligroso, es muy tranquilo y dócil, no son pocos los buceadores que se acercan y nadan junto a ellos. Por esto, se considera una de las grandes atracciones que ofrece Maldivas.
Los tiburones ballena y las Maldivas
Estos escualos, suelen ser visitantes habituales en la costa de las Islas Maldivas, un reclamo turístico que generó en 2013 ingresos de más de siete millones de euros al país.
Es normal que este impresionante animal sea una de las principales atracciones para los turistas que visitan las paradisíacas Islas Maldivas, y es que, la oferta turística incluye el sumergirse en sus aguas y bucear al lado de este manso tiburón, siempre que se den las condiciones y no represente una molestia para el animal.
Es, por tanto, comprensible que tenga una importancia más que notable para el ecoturismo de toda la zona.
El turismo sobre la ballena descansa
Los científicos del Programa de Investigación del Tiburón Ballena en las Maldivas (MWSRP), han estudiado el comportamiento de estos escualos y su relación con los habitantes y visitantes de la zona para descubrir que el tiburón ballena es la clave fundamental de la economía que mantiene el paraíso turístico de las Maldivas.
El análisis de estos expertos, publicado en la revista PeerJ, deja claro que, un simple grupo de tiburones ballena de un solo atolón de las Maldivas es capaz de producir hasta cerca de la mitad de los ingresos el archipiélago de Maldivas y hasta el 3% del total en ecoturismo mundial de tiburones.
El estudio se ha llevado a cabo en el Área Protegida del Atolón Marino South Ari (SAMPA), y en el pasado año 2013, cuando el avistamiento de tiburones ballena atrajo a nada menos que a 77.000 turistas, dejando más de siete millones de euros en ingresos directos a las empresas que ofrecen la oportunidad de ver de cerca al gigantesco escualo.
La cifra mencionada supuso un espectacular incremento respecto al año anterior 2012, dónde los ingresos tampoco fueron nada despreciables pues llegaron a superar los 5.600 millones de euros.
En palabras de James Hancock coautor y director de MWSRP, el Programa de Investigación del Tiburón Ballena en las Maldivas; «Esta zona es uno de los pocos sitios conocidos en los que estos animales se reúnen a lo largo de todo el año«, «Hemos comprobado que el tiburón ballena se han convertido en una gran atracción turística en la zona, pero no esperábamos estas cifras”
Ante todo, no molestar y evitar el estrés en los animales
Richard Rees, director de MWSRP, afirma que «los tiburones ballena son perfectos para el ecoturismo” puesto que además del impacto y el atractivo de ver al tiburón más grande del mundo, su movimiento seguro y lento más su preferencia por aguas de poca profundidad en el área protegida de la SAMPA lo hace accesible para buceadores y practicantes de snorkel, se trata pues de una experiencia de contacto directo con vida salvaje completamente apta para la mayoría.
Esta practicas no están exentas de riesgo ya que hay que minimizar las molestias que puedan ocasionarse a los tiburones ballena. Pues si no existe peligro para los turistas o para el propio animal, si que puede ser perjudicial para su salud, por un exceso de turistas a su alrededor, que les ocasione estrés.
Por otra parte, la SAMPA, la región más popular de la Maldivas para los avistamientos de tiburones ballena carece de regulación y esto sí que puede representar un riesgo para todo turista que llegue sin experiencia.
Los grupos que trabajan en la zona lo hacen evitando, en todo lo posible, molestar a estos gigantescos escualos, saben que son ellos los que dan sostén a su negocio y no quieren perder este cuerno de oro por un exceso de vistas o acercamientos.
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