Si estás aquí es porque te estás preguntando qué ver en Cabo Verde, el archipiélago volcánico macaronésico ubicado en aguas del océano Atlántico, justo en frente del Senegal y conformado por nada menos que diez islas volcánicas, este artículo te interesa. Cabe imaginar un entorno de playas paradisíacas y naturaleza salvaje, bien conservado y con un clima envidiable. Se trata de un destino vacacional idílico, no en vano se conocen estas costas como el caribe africano, tanto por la calidad de sus aguas como por la alegría de sus gentes.
En efecto, los viajes a Cabo Verde pueden competir en igualdad de condiciones con los que se realizan hacia cualquier destino tropical, ya que ofrecen aguas de color turquesa, limpias y cristalinas, junto a grandes extensiones de costa con arena suave y fina. El número de playas que merecen visitarse es enorme, todas y cada una de ellas con algo propio característico y particular. Por otro lado, además de las maravillas costeras, este paraíso volcánico presenta una serie de rincones mágicos y misteriosos que también merecen ser descubiertos y disfrutados por el turista de aventuras. Estos son algunos de esos lugares.
Las islas mayores, los mejores lugares que ver en Cabo Verde
Cada isla que compone este archipiélago contiene su propio motivo para ser descubierta y explorada. Sin embargo, son las islas mayores la que poseen mayor interés por sus paisajes vírgenes, solitarios en algunas partes y con una infraestructura enfocada en servicios en otras, las cuales son de una calidad bastante envidiable para ser un país que se encuentra limitado en cuanto a recursos naturales propios y por sufrir sequías constantes.
Si nos preguntamos qué ver en Cabo Verde en una semana, en las islas mayores se encuentra la respuesta, una ruta por algunas de estas 11 será más que suficiente para dejar una impronta indeleble en la memoria. Habrá que elegir entre Santiago, San Antón, Buena Vista, Fuego, San Nicolás, Mayo, San Vicente, Sal, Brava y Santa Lucía, ya que son las que contienen mejores infraestructuras para el turismo, de hecho, algunas de las islas menores se encuentran completamente deshabitadas.
Valle de Paul, en San Anton
Si el viaje de aventura a Cabo Verde comienza visitando este lugar, que parece extraído de un relato de ciencia ficción, el viajero podrá comenzar a hacerse una idea de lo que le espera. El Valle de Paúl es una joya natural, de difícil definición, ideal para senderistas que quieran dejarse sorprender por sus rutas y fotografía. Se trata de un valle en el que no se es capaz de distinguir entre lo que aún se mantiene salvaje y lo que ha sido manipulado por el hombre. Su peculiar forma de agricultura le da un aspecto enigmático, de delicada ondulación al paisaje, salpicada ocasionalmente por pequeños asentamientos poblacionales que le confieren el carácter humano.
La Isla de Sal
Uno de los destinos imprescindibles es esta isla y su playa más popular, Santa María, ya sea por su extensión o por sus aguas cristalinas y su arenal, es el icono tropical africano. Un lugar ideal para practicar deportes acuáticos, observar la vida tradicional en el puerto cercano o tomar un refrigerio en alguno de sus bares apuntando al mar.
La Isla de Buena Vista
Esta otra isla también ofrece una excelente respuesta a qué ver y hacer en Cabo Verde. Ofrece una de sus playas más espectaculares, la playa de Ervatao, un lugar en el que será posible ver la anidación de las tortugas bobas si se visita entre los meses de julio y septiembre. Es el tercer lugar más importante en desove, completamente seguro para estos animales. La playa en sí misma es un espectáculo natural de tranquilidad desértica.
La Isla de San Nicolás
Los viajes en grupo a Cabo Verde que ofrecemos Paso Noroeste, llevará descubrir una de los pretensiones naturales más enigmáticas de este país. La formación de Carberinho es un capricho rocoso que ofrece la orografía de esta isla. El entorno bien podría ser descrito en una novela de ciencia ficción, un espacio místico que irradia serenidad y belleza singular.
La Isla de Santiago
Viajar a Cabo Verde no implica solo disfrutar de su estado natural, su antigua capital presenta restos coloniales portugueses muy interesantes, como puede ser la Fortaleza Real de San Felipe, que en otro tiempo fuera centro del comercio internacional de esclavos. Otras construcciones que merecen visitarse en esta isla son la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, las casitas de Rua Banana o el convento de San Francisco. Se trata de un espacio declarado en 2009 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Isla de Fuego
Otro de los destinos imprescindibles que dan respuesta a qué ver en Cabo Verde se localiza en Fuego y se trata del pico más alto de todo el archipiélago, con 2829 metros sobre el nivel del mar. Ofrece un paisaje lunar producto de las coladas de lava que llaman poderosamente la atención, pues algunas de ellas son realmente recientes. La última erupción se produjo a finales de 2014 y por algunos sitios todavía pueden apreciarse salidas del dióxido de azufre a través de fumarolas, un espectáculo que merece contemplarse, pero para lo que se aconseja ir acompañado de un guía local.
Otros lugares igualmente sorprendentes que no hay que dejar de ver en un viaje a Cabo Verde son La Bahía das Gata, en la Isla de San Vicente, con piscina natural incluida, las salinas de Pedra de Lume, que le da nombre a la Isla de la Sal y que se ubica dentro de un cráter antiguo. También es de obligada visita el desierto de Viana, en la Isla de Buena Vista, que no es más que la prolongación del Sahara en estas islas, o el fabuloso Parque Natural de Monte Gordo, en la Isla de San Nicolás, un ecosistema muy rico y variado autóctono de esta región africana. Descubre los viajes en grupo de Paso Noroeste y todos los lugares que puedes conocer y descubrir para vivir una aventura que no olvidarás.
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