
Esos Chalados en sus Locos Cacharros
Un frenético viaje por la parte menos conocida de Vietnam, en un recorrido de cinco días conducidos por expertos moteros que nos harán vivir un viaje completamente diferente por Vietnam.

Unas Olimpiadas en Mongolia
A principios de julio y en todo Mongolia se celebra el Naadam Festival, una competición celebrada desde hace siglos, donde manteniendo las disciplinas originarias de las antiguas tribus nómadas, los mejores luchadores, arqueros y jinetes de congregan en busca del preciado galardón que le convierta en toda una leyenda nacional.

El Tomate: el Rito de los Tana Toraja
En el corazón de la isla de Sulawesi, en Indonesia, allí donde habitan los Tana Toraja, en cuando fallece una persona, comienzan una serie de preparativos para celebrar un entierro digno al estatus del difunto. Esta preparación de varios meses culmina con una celebración de varios días con cientos de invitados y decenas de animales sacrificados. Es el ancestral rito del tomate.

Un Lago de Júpiter
En la frontera boliviana con la chilena podemos descubrir el mayor lago de sal del mundo: el Salar de Uyuni. A simple vista no parece que tenga nada de especial, pero todos los que han estado allí hablan de esa vasta planicie blanca como uno de los lugares más mágicos y sobrecogedores del planeta, un lugar al que todo viajero esta obligado a ir al menos una vez en su vida.

La Perla Perdida de Nicaragua
En el corazón del lago Nicaragua, existe una isla con una peculiar forma de ocho, coronada por dos volcanes (uno de ellos activo) que resulta un paraíso indescriptible para todo aquel que se deja caer por esos lares. Piscinas naturales, apacibles aldeas, playas de agua dulce y un paisaje de escándalo hacen de la isla de Ometepe el mayor tesoro de Centroamérica.

Un Carro de Fuego entre las Nubes
En julio del 2006 se inauguró una de las mayores construcciones jamás realizadas por el ser humano. Una obra de ingeniería colosal que une la capital China con el corazón de los Himalayas, el antaño reino prohibido de Tíbet. Una de las formas más evocadoras de alcanzar la patria del Dalai Lama es embarcarse en un viaje de tres días en tren hasta el pie del Potala.