La opción más interesante para recorrer el camino entre Bucarest, la capital de Rumanía, y Sibiu, uno de los centros culturales más interesantes del país, es hacerlo a través de la la Carretera Transfagarasan, una de las más altas de Europa y más espectaculares del mundo.

Después de haber entrado en los interesantes Museos de la ciudad de Sibiu, haber caminado por las montañas vecinas de Cindrel o haber visitado alguno de los pueblos de alrededor, como el precioso Rasinari, se puede alquilar un coche o, si se viaja en grupo, una furgoneta que nos lleve a la capital. No existe la posibilidad de recorrer la Transfagarasan en transporte público, por tanto hay valorar estas opciones de transporte privado.

En el trayecto, hay varios puntos obligatorios en los que detenerse:

  • La presa Vidraru y el lago Balea, situado a más de 2000 metros de altura. En sus proximidades se atraviesea el tunel más largo de Rumanía, de 884 metros y se puede hacer un alto en el camino para divisar también las cascadas situadas antes de llegar al lago.

    Lago Pan Balea

    Lago Pan Balea

  • El Castillo de Poienari, el verdadero castillo de Drácula. Aunque el castillo de Bran (situado cerca de la ciudad de Brasov) es mucho más cinematográfico, es el castillo de Poienari el que fue la verdadera morada de Vlad Tepes, el príncipe que dio lugar al mito de Drácula. Para acceder a él hay que subir 1500 escalones y, aunque lo que queda de él no es un lugar especialmente agraciado, resulta interesante desde un punto de vista histórico.

Al margen de las paradas de la ruta, lo más atractivo de este trayecto es la carretera en sí misma. El escarpado paisaje serpenteante que recorre sus más de 90 kilómetros la hace merecedora del nombre que se le ha dado: el camino de las nubes.

La serpenteante carretera

La serpenteante carretera

La Transfagarasan fue construida en los años 70 bajo el gobierno de Ceaucescu, como solución a los pocos efectivos militares con los que contaba en caso de una posible posible invasión soviética. El dictador organizó un plan para reclutar civiles para la “Guardia Patriótica”, grupos paramilitares que protegerían el país en caso de invasión y, como forma de garantizar el acceso rápido de las torpas y munición a través de los Cárpatos, comenzó la megaconstrucción de la carretera. Su creación dejó atrás víctimas causadas por las inclemencias meteorológicas y las precarias condiciones de la época (explosivos en lugares complicados, desprendimientos, etc.). Y, aunque nunca llegó a utizarse para el fin previsto, hoy permanece en pie para deleite del turismo y los conductores aguerridos.

Paisajes de la ruta

Paisajes de la ruta

Por último, hay que tener en cuenta que, aunque esta obra de ingeniería socialista es todo un reto para los amantes de las curvas, estos tendrán que moderar su velocidad y respetar la media de unos 40km/h requeridos. Por otro lado, la carretera sólo abre los meses en los que el camino es transitable, normalmente desde junio hasta octubre, por tanto, los que quieran hacer este recorrido deben contar con los meses de verano.

¡Ven a recorrer la Transfagaran con Paso Noroeste en nuestro viaje a Rumania!

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