Las joyas del Indico

EL ESPLENDOR CINGALÍ (De 7 a 9 Días)

Nuestro periplo comienza en Negombo, una animada población cercana al aeropuerto y al norte de Colombo, la capital. Con animados mercados, una red de canales donde contemplar el día a día de los lugareños y una bonita playa donde observar los barcos de pesca tradicionales es el punto de partida ideal para empezar a enamorarse de la Perla del Océano Indico, como se le conoce a Sri Lanka.

Tras ese primer contacto, nos dirigiremos al centro cultural de la isla. Recorreremos el llamado triángulo cultural que tiene sus vértices en las ciudades de Anuradhapura, Polonnaruwa y Kandy. En estas tres antiguas ciudades no pararemos de visitar templos, stupas y monumentos a Buda custodiados por monos. Los cingaleses erigieron aquí sus principales ciudades y nos dejaron innumerables templos y restos arqueológicos.

Anuradhapura es patrimonio de la Unesco, y recorreremos sus innumerables monumentos en tuk tuk o bien alquilando unas bicicletas y descubriéndolos a nuestro aire.  Otra de las atracciones que no nos podremos ver en este “triángulo” serán las maravillosas cuevas de Dambulla que albergan los templos con los Buda y la roca del león de Sigiriya, donde a través de unas empinadas escaleras ascenderemos a una atalaya natural donde había un antiguo palacio y un monasterio que estuvo ocupada durante ¡5000 años!

Sin duda la espiritualidad de estos lugares no dejará de sobrecogernos. Otra de las paradas será Polonnaruwa , la antigua capital del antiguo reino de Ceilán, que alberga algunos de los vestigios históricos más monumentales de todo el país.

Pero no todo va a ser monumentos, en el viaje, y es que nos acercaremos a alguno de los Parques Nacionales del país, como el de Kaudulla, para ver los elefantes de Sri Lanka en su hábitat natural. Un espectáculo que gusta tanto (o más) que las visitas culturales.

Nuestra última parada de esta etapa será Kandy, agradable ciudad a orillas de un lago, bautizada como la capital cultural de la isla y antigua ciudad sagrada que alberga la reliquia del diente de Buda. Que no es poco.

EL INTERIOR DE LA ISLA Y LAS PLAYAS DEL SUR (De 7 a 9 Días)

Desde Kandy nos adentraremos en las brumosas montañas de Nuwara Eliya atravesando sus bellísimos paisajes y pueblos en un recorrido de tren lento que se convertirá en el aliado perfecto de los amantes de la fotografía con instantáneas únicas: recolectores de té que parecen coloridas mariposas entre los arbustos, locales saludando, selva, alta montaña, cascadas...

Disfrutaremos de excursiones, como la subida a Adams Peak, la montaña más sagrada y alta de Sri Lanka y un lugar de peregrinación donde miles de cingaleses acuden cada año. Nuestro viaje en tren continúa hasta la pequeña y tranquila Ella, nuestro campamento base para disfrutar de una naturaleza exuberante, vida local, excursiones y caminatas rodeados de plantaciones donde conocerás todo sobre el té.

Próxima estación Tissamaharama (Tissa para los amigos) Es el lugar desde donde realizar un safari en el parque de Yala, hogar de animales salvajes como elefantes, cocodrilos y hasta del escurridizo leopardo.

Desde la alta montaña nos desplazaremos hasta el sur de la isla, concretamente a Tangalle, donde una playa paradisíaca con palmeras donde refugiarse a la sombra nos recibirá con los brazos abiertos. Recorriendo el litoral sur nos podremos relajar en las playas de Hikkaduwa, contemplar tortugas si es temporada, hacer esnorquel, buceo o simplemente relajarse con un atardecer sobre el Índico.  

El viaje va llegando a su fin, pero antes paramos en la ciudad colonial de Galle. Con su sorprendente fortificación, sus calles te harán remontarse a un pasado no tan lejano. Aquí disfrutaremos nuestros últimos momentos del viaje en alguno de sus notables restaurantes, perderse por las calles, últimas compras o contemplar la típica estampa de Sri Lanka, con los pescadores en precario equilibrio sobre una estaca clavada en el mar, con un enorme sol anaranjado de fondo, broche final de un espléndido viaje.

EL PARAÍSO CONTINÚA (De 4 a 6 Días)

Y de paraíso a paraíso: si la costa y playas de Sri Lanka te van a enamorar con la belleza mas exuberante y sus largas playas salpicadas de vegetación tropical, el colofón final del viaje no te decepcionará. Desde Colombo tomaremos un avión destino a la capital de uno de los rincones más paradisíacos y exclusivos del mundo: nos vamos a Maldivas!

Sobrevolaremos aguas transparentes, arenas blancas y el azul turquesa mas hermoso en un archipiélago formado por 26 atolones y más de 1.200 islas en medio del Océano Indico hasta llegar a Male. Nos desplazaremos en barco (ferri local o lancha rápida, según horarios) hasta nuestra primera isla local en el atolón sur: Maafushi. Nuestro hogar para los primeros días. Muy cerca de la línea del Ecuador y con temperaturas totalmente tropicales.

Maafushi es, posiblemente, la isla que en los últimos años más ha apostado por el turismo regentado por locales, lo que la ha convertido en una isla pionera en cuanto a desarrollo turístico y en la que por tanto, más infraestructura encontraremos para el turismo mochilero.

En esta isla alargada de apenas 1 km de largo y con una población de 2.500 habitantes, comenzarán nuestras actividades acuáticas y excursiones. Pero también tendremos la oportunidad de pasear por sus calles de arena con su colegio, su mezquita y sus negocios locales, o simplemente sentarnos a observar su día a día, los deportes que practican y como el atardecer se convierte en el momento del día para socializar entre la comunidad maldiva.

Desde Maafushi tomaremos un ferri local o una lancha que nos lleve hasta Gulhi, una pequeña isla que combina la vida de un pueblo local tranquilo con una playa espectacular que cuenta con uno de los mejores lugares para hacer esnórquel de la zona.

Más tranquila y relajada que su vecina Maafushi, Gulhi nos permitirá disfrutar de una atmósfera con más paz si cabe y con menos turismo, el lugar perfecto para el verdadero descanso y la desconexión en un bellísimo entorno.

El mayor encanto de esta pequeña isla reside en su impresionante "Bikini Beach", que nada tiene que envidiar a las playas de cualquier complejo turístico. El color azul turquesa del mar y su agua perfectamente cristalina y sin oleaje hacen que sea el destino perfecto para los amantes de la playa y el relax absoluto. Hacer esnórquel es uno de los principales alicientes de la isla, sin embargo, también se pueden realizar otras actividades acuáticas, visitar una “sandbank” (islas desiertas de bancos de arena), relajarse en la playa en una de sus tumbonas y sombrillas gratuitas, disfrutar de un buen libro o recorrer de punta a punta la isla en menos de 5 minutos conociendo la vida local de niños y mayores.

Desde Gulhi tomaremos un barco que nos lleve hasta Male y tomar el vuelo de vuelta a casa que pondrá fin a unas vacaciones inolvidables.