Corazón Taíno

LA PERLA DEL SUR (De 3 a 5 Días)

Llegamos a Santo Domingo y tras un merecido descanso nos pondremos rumbo a Paraíso (me pregunto a qué será debido este nombre), donde encontraremos playas de color turquesa, arena blanca y asombrosos acantilados. Podemos hacer un alto en el camino para ver las dunas y salinas de Baní y, de nuevo en marcha, recorrer la panorámica carretera costera disfrutando de los bellos paisajes de Barahona y playas de ensueño como la de San Rafael o el Balneario de los Patos, más frecuentadas por locales que por turistas. ¿A quién le apetece un agua de coco en una piscina natural?

Nuestro siguiente destino será Cabo Rojo, desde donde podremos coger una barca a la remota Bahía de las Águilas; según muchos, la playa más bonita de República Dominicana, y eso es mucho decir. La reserva natural Laguna de Oviedo o Lago Enriquillo pueden ser buenos sitios para hacer un alto en el camino y avistar flamencos, o incluso disfrutar del curioso mercado fronterizo donde haitianos y dominicanos se juntan para hacer sus intercambios.

HACIA EL CORAZON DE LA ISLA (De 4 a 5 Días)

El centro de la isla nos recibe entre plataneros, cafetales y vendedores de frutas. En Jarabacoa, cuyo nombre significa “lugar de aguas” en Taíno, nos esperan apacibles caminatas que desembocan en preciosas cascadas como el Salto de Jimenoa, escondida entre un bosque de pinos que parece sacado de contexto, o la de Baiguate. Pero aquí hay actividades para todos los gustos, y los más animados podrán atreverse con la ascensión al Pico Duarte, el pico más alto del Caribe con 3087 metros.

Dejando atrás el centro tropical, iremos rumbo norte hacia la ciudad colonial de Puerto Plata, donde en sus playas, los amantes de los deportes acuáticos encontrarán en esta zona un buen lugar para practicar surf, kite, submarinismo y un largo etcétera de actividades, además de tratar de divisar las ballenas jorobadas que abundan en estas aguas (solo en los primeros meses del año).

SAMANÁ, ¡AY, SAMANÁ! (De 6 a 8 Días)

Continuamos recorrido por la costa, rumbo a la península de Samaná, auténtico paraíso al noreste dominicano que esconde rincones encantadores. Antes de llegar, disfrutaremos del camino parando para darnos un buen baño en algunas de las salvajes playas de esta zona, como Playa Grande o Playa Diamante o lanzarnos en tirolina a las turquesas aguas de la kárstica Laguna Dudu.

Visitaremos el Parque Nacional de los Haitises, formación kárstica que salpica la bahía de islotes y cavernas, con abundante vida vegetal y animal, lleno de manglares. Otro de los escenarios más icónicos de Samaná es el Salto del Limón, una cascada de 40 m de altura, nos esperará para darnos un refrescante baño tras una caminata rodeados de un paisaje selvático y plantas de café y cacao. Y es que Samaná es naturaleza en estado puro. Pero también es playa y Caribe, así que no dejaremos escapar la oportunidad de darnos un chapuzón en playas como Cayo Levantado, Playa Rincón, Playa Madama o Playa Frontón.

Poco a poco el viaje llega a su fin. Regresamos a Santo Domingo, la capital, donde nos despediremos de esta paradisíaca isla recorriendo las calles llenas de historia de la primera ciudad del Nuevo Mundo y Patrimonio de la Humanidad.  Pasearemos entre edificios coloniales, la gótica catedral de Santa María de la Encarnación y la calle de las Damas. Entre palacios y fortalezas, iremos tras las huellas de Colón, donde lo antiguo y lo nuevo convergen a la perfección en este viaje por República Dominicana.