DESCUBRIENDO LA CIUDAD PERDIDA (De 7 a 8 Días)
Llegamos a Bangkok donde cogeremos otro vuelo a Siem Reap para pondremos rumbo por la frontera terrestre hacia Camboya, más precisamente a Battambang que es donde comenzará nuestro periplo. En la segunda ciudad del reino, podremos respirar los restos de la colonización francesa, nuestros paladares comenzaran a degustar la variedad de la cocina Camboyana pudiendo probar uno de los más ricos amoks de pescado e incluso aprender a cocinarlo, también saborear una tapita de lo que nos espera en Angkor Wat, con unos templos que no tienen nada que envidiar a estos. Podremos visitar las aldeas de alrededor y aprender cómo se siguen haciendo las cosas artesanalmente, quedarse boquiabiertos con los cientos de miles de murciélagos que salen de la cueva de Phnom Sampeou cada atardecer. Y, como no, subirse al peculiar tren de bambú, único en el mundo.
Despediremos Battambang aventurándonos en una pequeña barca bajando por el rio Sangkae y cruzando el Tonlé Sap para llegar de nuevo a Siem Reap desde donde visitaremos Angkor, la antigua capital del imperio Khmer.
Durante unos tres días aprovecharemos para recorrer este complejo de templos y palacios. Nos sentiremos cual Lara Croft en Tomb raider descubriendo templos y edificios devorados por la selva tal como fueron redescubiertos hace ya 150 años. El conjunto arquitectónico de Angkor ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Con una extensión de casi 200 km2 refleja todo el esplendor del desaparecido Imperio Khmer, que rigió en gran parte del sudeste asiático entre el siglo IX y XIII en que la ciudad fue saqueada por los siameses y abandonada al avance de la selva que la rodeaba, donde se perdió durante siglos, hasta que fue redescubierta en el año 1.860. El conjunto con más de 100 templos es famoso especialmente por los grupos de templos de Angkor Thom, Ta Prom y Angkor Wat, así como la Terraza de los Elefantes, llamada así por los relieves de estos animales que lleva en su base. Se supone que se usaba como lugar ceremonial, donde se asomaban los reyes en el momento de las celebraciones de grandes victorias.