DESCUBRIENDO EL MEXICO INDIGENA (De 8 a 10 Días)
Abandonamos la mayor ciudad del mundo y ponemos rumbo al corazón de México. Con el autobús nos vamos adentrando en Sierra Madre, ascendiendo y descendiendo áridas colinas repletas de enormes cactus, para llegar a Oaxaca, aislado del resto del país por su enclave montañoso y cuna de una importante población indígena que ofrece un gran atractivo a los amantes de la artesanía y las telas. Oaxaca es una ciudad que sin duda te encandilará.
Todavía no atrae a demasiados turistas y eso le hace conservar ese encanto añejo que destilan ciertos rincones de México. Por eso ha atraído a tantos artistas locales que han instalado allí sus estudios, además de ser hogar de una de las cocinas más reputadas del país. Pasearemos por la plaza del zócalo hasta llegar al templo de Santo Domingo, espectacular ejemplo del barroco con un interior que sin duda nos dejará boquiabiertos. Además, Oaxaca también ofrece numerosas actividades por los alrededores. Como las espléndidas ruinas zapotecas de Monte Albán, las destilerías de Mezcal de Mataclán, ese aguardiente destilado del agave o los coloridos mercados en las afueras de Oaxaca, donde todos los campesinos de las poblaciones de los alrededores bajan a comprar y vender sus productos llenando las plazas de los pueblos de color y rica comida.
Abandonamos el estado de Oaxaca y nos adentramos en Chiapas, cuna de los mayores vestigios de la civilización Maya así como luchas del pueblo indígena porque se reconozcan sus derechos. San Cristóbal de las casas será nuestro "campamento base" para explorar la zona. Esta apacible ciudad de casas coloniales y calles empedradas está rodeada de bosques y resulta tan atractiva que algunos viajeros se han quedado a vivir en ella. Exploraremos las aldeas indígenas de San Juan de Chamula o San Lorenzo de Zinacatán, donde podremos contemplar, con cierta cautela, las curiosas costumbres de estos grupos de la etnia tzotzil.
Desde San Cristóbal nos dirigimos a Palenque, visitando de camino las sugerentes cascadas de Agua Azul y Misol Ha, donde podremos darnos un chapuzón para librarnos del calor antes de subirnos a una barca por el río Usumacinta para visitar los sorprendentes yacimientos Yaxchilan, que consiguen emerger entre la profundidades de la selva y el de de Bonampak, el único templo maya que conserva frescos, además de una calidad sobrenatural.